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En un colegio normal

Actualizado: 14 jun 2021

La puerta de urgencias del hospital estÔ detrÔs de la portería del campo de fútbol de mi colegio. Sólo una estrecha calle y una malla separan un golazo de un ingreso por ambulancia. Un día se presentó en el cole un señor muy airado con una balón bajo el brazo y las gafas rotas en la mano. Quería ver al director porque según salía de ser atendido en urgencias no sabe lo que pasó... Recibió un impacto en la cara y le saltaron las gafas por el aire. Desde luego, no era su día. En el cole era un día normal.

Anécdotas propias de todo colegio. Cualquier colega podría contar del suyo. El mío es un colegio solo de chicos. Tiene parejo otro de chicas. La vida diaria en ellos es bastante normal, el profesorado agradable, joven y dinÔmico, trilingüe y lleno de proyectos. Algunos de ellos no han estudiado nunca en coles solo de chicos o solo de chicas. Pero no ven nada extraño, porque no lo hay. Todo es normal.

Los alumnos trabajan y conviven con paz y tranquilidad. Algunos con mƔs paz y Ʃxito escolar que en un cole mixto, tambiƩn normal. Hay familias que a veces prefieren que uno de sus hijos estƩ en un cole de estos (o sus hijas) y otro no, o lo prefieren durante una Ʃpoca de su vida nada mƔs. Y les va muy-muy bien. En general, el que prueba, se queda. Pero tambiƩn hay movimiento, como en toda ciudad.

A mis amigos les gusta ver que los chicos solo con chicos son normales. Por ejemplo, aunque los adolescentes son hoscos, el conductor de bus urbano que para delante del colegio afirma que ā€œtodos te dicen siempre buenos dĆ­as, no sólo pasan la tarjetaā€. Seguro que lo hacen en todas las paradas que tengan institutos y colegios cercanos, pero aquĆ­ tambiĆ©n lo hacen. Y eso te alegra.

Aprenden mucho. Las chicas mĆ”s en su cole porque a esta edad escolar ellas baten rĆ©cords. Y lo chicos estĆ”n muy contentos y no existe apenas el fracaso masculino. Se conocen entre unos y otras, claro, y salen tambiĆ©n con los de otros coles. Y eso me gusta. Que cuando vas por la ciudad los fines de semana y andan por el tontódromo local, ellos y ellas muy de modelitos ambos, te saludan ā€œadiós D. Fulanoā€ y le dicen a sus amigos que es un profe del cole. Y eso me gusta.

Una vez iban varios en carnavales con mono azul, capucha, careta y chiringando con agua a la gente en plan bromista… un grupo del que te apartabas. Me vinieron, se me plantaron delante, se quitaron la careta y me saludaron ā€œhola, Āæa que no nos reconocĆ­a?ā€ Les dije ā€œportaos bien, chicosā€, y me encantó. Y mĆ”s a los seƱoras que venĆ­an conmigo.

Pues sĆ­. Son coles de chicos y coles de chicas. Normales. Conocidos por todos. A los que todo el mundo quiere y respeta. Y esa es la realidad de muchas ciudades del mundo. Esa es la calle.

Hace poco en un partido de fútbol de un famoso torneo organizado por otro centro escolar, el delantero del equipo contrario le metió 8 goles a nuestros pequeños, que terminaron desolados. Felicité al padre del genio en las gradas. Y me dijo: "pues la verdad es que no estÔ en vuestro cole porque no había plaza ese curso". Estuve a punto de llamar al representante de Messi y al director de mi centro y ficharlo por varios millones. O sea que todo muy normal. Hoy aquí y mañana allí.

La comunidad educativa de una ciudad de provincias suele ser tranquila. Todos nos conocemos. En mi cole hay gente y familiares e hijos de todos los colores. Algún jefe de Marea (Podemos), PSOE, Ciudadanos, PP, BNG, VOX, etc. han tenido o tienen familiares o amigos que trabajan aquí como profes, personal, hijos alumnos o son ellos mismos antiguos alumnos. O sea, lo normal. Y mÔs en mi ciudad que es abierta y liberal de toda la vida.

Y supongo que lo mismo pasarÔ en Navarra donde ahora hablan de quitarle la ayuda económica a estos centros porque son solo de chicos o solo de chicas. Y me pregunto: ¿pero les parece normal? Lo raro-raro es negar la realidad y ponerse en plan ideológico o excitado. Claro que algunos políticos nunca cogen el bus urbano y no saben qué pasa en el mundo, pero deberían saber qué pasa en su ciudad y en su barrio.

Esperemos que también la política, que a veces se devora a sí misma, siga cuidando estos coles y manteniendo sus conciertos. Porque en la educación en ciudades pequeñas lo que se requiere es convivir en paz. Así lo hablamos muchas veces profesores amigos de muchos centros públicos y concertados de la ciudad que somos colegas y nos vemos en todos sitios.

Ɓnimo, polƭticos de Madrid, Navarra, Santiago, etc. No os enredƩis con las ideas efƭmeras y las frƔgiles legislaturas, que en la ciudades seguimos aquƭ dando clase a vuestros hijos. Y nos tenemos que seguir dando los buenos dƭas. No solo pasar la tarjeta.

Ā 

Fuente: Familiasconchildren. Por cortesĆ­a de Adrianey Arana

Foto: Multimedia de Wix, En clase

Nota del editor: Los resaltados en negrita son nuestros.

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