«Admitimos sólo a los mejores profesores. Los docentes tienen que hacer una labor de preceptuación o de seguimiento del estudiante que abarca a toda la persona».
Lejos de las trabas económicas y políticas, o a pesar de ellas, La Nueva Educación Diferenciada se abre camino y se expande por todo el mundo.
En 2010 abrió sus puertas el colegio Strumienie, en Józefów, una localidad próxima a Varsovia. Solo un año después, su directora, Dobrochna Lama, aseguraba con convicción los beneficios de esta opción pedagógica: «Admitimos sólo a los mejores profesores. Los docentes tienen que hacer una labor de preceptuación o de seguimiento del estudiante que abarca a toda la persona. Las reuniones con cada alumno se realizan cada tres o cuatro semanas, y con los padres, al menos tres veces durante el curso académico, pero se aplazan si no vienen el padre y la madre a la vez. Hemos podido comprobar que los colegios que educan a niños y a niñas en aulas separadas cosechan los mejores resultados académicos y nuestro centro tiene una larga lista de espera».
Strumienie representa un ejemplo más de la imparable expansión que la educación diferenciada en Polonia, donde la asociación de Sternik, constituida por iniciativa de padres, ha abierto ya seis centros y colabora en la apertura de otros en todo el país.
De la imparable expansión de esta opción pedagógica y de su renacimiento, especialmente en los países más desarrollados, deja constancia la cifra de más de 12.000 colegios en todo el mundo. En palabras de José María Barnils, uno de los directores de EASSE (asociación que reúne a 152 centros escolares europeos, que suponen más de 100.000 alumnos), «la educación por sexos no es mejor que la mixta, simplemente es una opción diferente y lo que pretendemos es luchar para que cualquier familia pueda tener la libertad de elegir el tipo de educación que desea para sus hijos. Más aún, si todos los centros fueran de educación diferenciada, lucharía para que también se implantara la mixta».
Libertad de elección
Se trata, según los responsables de las empresas educativas que ofrecen educación diferenciada por sexos, de que lo más importante es que los padres puedan elegir el modelo pedagógico y el proyecto educativo, sea mixto o diferenciado, en igualdad de oportunidades.
En países como EE UU, el crecimiento de centros escolares diferenciados está siendo muy notable, sobre todo en las escuelas públicas, que ya cuentan con más de 2.000 centros donde se aplica este modelo, con la peculiaridad de que, en algunos casos, se separa a chicos y a chicas sólo para determinadas asignaturas. Cerca de 4.000 centros escolares más son de iniciativa privada, la mayoría no pertenecientes a instituciones religiosas. En Carolina del Sur, por ejemplo, un alto porcentaje de las escuelas públicas tienen implantado este modelo, que ha demostrado ser muy exitoso en zonas deprimidas y se ha visto como una solución al alto fracaso escolar, el «bullying» y los embarazos no deseados.
En España, los centros «single-sex» son minoritarios; pero tienen un impacto significativo por sus buenos resultados; la gran mayoría son concertados, pese a las dificultades que el Estado está poniendo en algunas comunidades por motivaciones políticas. Convencidos de la validez de su modelo, los promotores de las distintas instituciones educativas española demandan que la educación diferenciada se implante también en las escuelas públicas españolas. De hecho, algunos centros públicos catalanes han emprendido alguna experiencia en educación diferenciada.
Entre los mejores
En países como Irlanda y Reino Unido, educar a niños y a niñas en aulas separadas es un modelo pedagógico que funciona desde el siglo XIX con aprobación mayoritaria. Más aún, estos centros son sinónimo de prestigio. Los del Reino Unido están entre los mejores del mundo. En Irlanda está implantado en el 40% de los institutos de Secundaria y todos ellos reciben subvenciones públicas en mayor o menor medida, explica David Nolan, fundador del Rockbrook School de Dublín.
En Nueva Gales del Sur, el estado con más población de Australia, la solicitud de plazas en las escuelas diferenciadas está en alza, y en los lander alemanes de Berlín y Renania del Norte Westfalia se autorizaron desde 1998, por iniciativa de socialistas y Verdes y con el apoyo del feminismo, las clases diferenciadas por sexos en algunas asignaturas, al constatar que la separación refuerza la autoestima de los alumnos y les permite desarrollar sus capacidades. Francia recoge en su legislación expresamente que la educación diferenciada no es discriminatoria.
En Iberoamérica "estamos empezando a trabajar ya en red y se están realizando numerosas investigaciones. Sólo en Argentina hay 200 centros sigle-sex y el modelo funciona con éxito en México, Colombia, Chile, Argentina. Hay menos centros en Bolivia, Paraguay, Ecuador, Perú y Brasil, porque atender lo específico del hombre y la mujer es un mensaje nuevo que cuesta entender", explica Elisabeth Vierheller, miembro de la dirección de la Asociación latinoamericana de educación diferenciada (ALCED).
Promover carreras técnicas
Los expertos aseguran que la educación diferenciada ayuda a resolver algunos de los problemas que actualmente padecen los sistemas educativos, como el fracaso escolar, los bajos niveles académicos, las dificultades de convivencia y las discriminaciones de género. De hecho, la gran mayoría de estos centros en España está desarrollando ya planes de igualdad. Otro de los beneficios que se ha observado es que las alumnas que estudian en este tipo de centros optan en mayor proporción por carreras técnicas, más elegidas tradicionalmente por los chicos. En el sistema educativo español, el porcentaje de las alumnas que se matriculan en titulaciones del ámbito de la tecnología es muy inferior al de los chicos.
Fuente: El renacer de la educación diferenciada, en La Razón, 10 de octubre de 2011
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